
Octubre nos invita a detenernos un momento y mirar hacia adentro. A veces, entre el trabajo, la familia y la rutina, olvidamos lo más importante: cuidar de nosotras mismas. Este mes, dedicado a la prevención y detección temprana del cáncer de mama, es una oportunidad para conectar con nuestro cuerpo, escucharlo y priorizar nuestra salud.
Desde GIP Seguros queremos acompañarte con información sencilla, cercana y, sobre todo, con mucho respeto. Porque sabemos que hablar de este tema puede ser sensible, pero también sabemos que hacerlo desde el cuidado y el amor propio puede marcar la diferencia.
Cuidarte es el primer paso, pero contar con un plan de salud que te respalde en cada etapa es la mejor forma de protegerte
Cada octubre, el mundo recuerda la importancia de cuidar la salud mamaria. En Colombia, sin embargo, esta fecha no es solo un símbolo: es también un llamado urgente. Para este año, se proyectan cerca de 17.971 nuevos casos de cáncer de mama y más de 4.000 muertes anuales, según datos de la Cuenta de Alto Costo (CAC). Eso significa que once mujeres pierden la vida cada día a causa de esta enfermedad.
El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres colombianas y una de las principales causas de muerte. Aunque se han hecho avances en tratamiento y diagnóstico, aún queda mucho por hacer, especialmente en zonas del país donde el acceso a la salud es más limitado.
Uno de los retos más grandes que enfrenta Colombia es la detección tardía. Solo el 52% de los casos se identifica en etapas tempranas. Esto significa que casi la mitad de las mujeres llegan al sistema de salud cuando la enfermedad ya está más avanzada, lo que complica el tratamiento y reduce las posibilidades de recuperación.
Las razones son muchas: falta de equipos médicos, demoras en el sistema de salud, barreras económicas o el desconocimiento sobre qué señales tener en cuenta. Además, en muchas regiones rurales no hay acceso a especialistas o mamografías, lo que agrava la situación.
Aunque no todos los casos de cáncer de mama se pueden evitar, sí podemos reducir el riesgo. Hábitos como mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, evitar el exceso de alcohol y llevar una alimentación balanceada pueden marcar una diferencia importante. Y lo más importante: escuchar tu cuerpo.
La autoexploración mamaria no reemplaza los exámenes médicos, pero sigue siendo una práctica valiosa para detectar cambios. Hacerla una vez al mes, con calma y atención, puede ayudarte a familiarizarte con tu cuerpo y notar cualquier señal inusual. Además, si tienes más de 40 años o antecedentes familiares, realizar mamografías periódicas es una medida clave de prevención.
En GIP Seguros creemos que cuidar la salud es una tarea diaria. Por eso, más allá de hablar de cifras, queremos recordarte que prevenir es también protegerte, escucharte y darte el espacio para actuar a tiempo.
El cáncer de mama puede afectar a cualquier mujer, sin importar su edad o estilo de vida. Aunque existen factores que pueden aumentar el riesgo, es importante saber que la enfermedad también puede aparecer en personas sin ningún antecedente. Por eso, más allá de los factores de riesgo, lo más valioso es conocerte, observarte y no ignorar las señales.
El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad, especialmente a partir de los 40 años. Sin embargo, también puede aparecer en mujeres más jóvenes, por lo que la vigilancia nunca está de más.
Tener familiares cercanos (madre, hermana, hija) que hayan tenido cáncer de mama o de ovario puede aumentar el riesgo, sobre todo si fueron diagnosticadas antes de los 50 años. Existen también factores genéticos, como las mutaciones BRCA1 y BRCA2, aunque son poco comunes.
El inicio de la menstruación a edad muy temprana (antes de los 12 años) o la menopausia tardía (después de los 55) pueden estar asociados a un mayor riesgo. También influye la exposición prolongada a terapias hormonales o anticonceptivos por muchos años.
Factores como el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol, una dieta poco balanceada y el sobrepeso, especialmente después de la menopausia, pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
A veces, nuestro cuerpo nos habla antes de que el problema avance. Por eso es tan importante escucharlo y no postergar las consultas médicas si notas algo diferente. Estos son algunos signos que deben motivarte a buscar orientación profesional:
No es necesario esperar a “tener riesgo” para empezar a prevenir. Como ya viste, el cáncer de mama puede aparecer sin una causa aparente. La clave está en mantener una rutina de cuidado, observarte con atención y consultar cualquier cambio, por pequeño que parezca.
Podría interesarte: ¿Cuánto cuesta una póliza de salud en Colombia y qué factores influyen en su precio?
Cuidar de ti no significa estar en alerta constante, sino aprender a conectar con tu cuerpo, atender sus cambios y tomar decisiones informadas. El autocuidado es una forma de amor propio y una herramienta poderosa para detectar a tiempo cualquier señal que pueda preocuparnos.
Aunque no hay una fórmula infalible, adoptar ciertos hábitos puede contribuir a disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
La actividad física regular, incluso caminar 30 minutos al día, ayuda a mantener un peso saludable y reduce el riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo el de mama.
Prefiere alimentos naturales: frutas, verduras, granos integrales y grasas saludables. Limita el consumo de azúcar, alimentos ultraprocesados y carnes procesadas.
El consumo frecuente y en exceso de alcohol se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama. Beber menos es una forma sencilla de cuidarte.
Fumar no solo afecta los pulmones, también está vinculado al desarrollo de varios tipos de cáncer. Si fumas, pedir ayuda para dejarlo es una de las mejores decisiones que puedes tomar por tu salud.
El estrés prolongado, la ansiedad y la fatiga emocional también afectan tu bienestar general. Cuidarte emocionalmente también es una forma de prevenir.
La autoexploración no reemplaza las visitas médicas ni los exámenes clínicos, pero sí es una herramienta útil para conocer tu cuerpo y detectar cambios a tiempo.
Hazlo sin miedo. No se trata de encontrar algo malo, sino de estar en sintonía contigo.
La prevención no se limita solo al autoexplorarte cada mes o asistir a tus controles médicos. También significa estar preparada si algo llega a pasar, contar con atención oportuna, acceso a especialistas y respaldo constante para tomar decisiones sin barreras ni demoras.
Un seguro de salud con cobertura integral te permite actuar a tiempo, sin preocuparte por trámites extensos o limitaciones económicas. Es una forma de protegerte antes, durante y después de cualquier situación médica. Porque prevenir también es tener un plan.
Contar con un seguro es:
En alianza con SURA, ofrecemos planes de salud que están diseñados para acompañarte de forma integral. Más que una póliza, es una forma de estar contigo, desde la prevención hasta el tratamiento, si lo llegaras a necesitar.
Así como te recomendamos hacer tu autoexploración, visitar a tu médica o cambiar hábitos, también creemos que tener un respaldo sólido es parte del autocuidado.
No se trata de vivir con miedo, sino de vivir con tranquilidad. Y saber que, si algo sucede, no estarás sola.
Hablar de prevención es hablar de estar un paso adelante. De elegir mirarnos con más atención, de escucharnos con más cariño. Pero también es reconocer que hay momentos en los que necesitamos respaldo. Y ahí es donde el acompañamiento marca la diferencia.
En GIP Seguros, creemos profundamente que la salud no es algo que se cuida solo cuando hay un diagnóstico. Es algo que se protege todos los días, desde la información, la prevención y el acceso oportuno a servicios médicos.
Sabemos que cada historia es única. Por eso, nuestros planes de salud están pensados no solo para cubrir tratamientos, sino para brindarte herramientas de prevención, chequeos periódicos y acceso a profesionales que pueden ayudarte a tomar decisiones informadas.
No queremos que nos elijas por temor, sino porque sabes que puedes contar con alguien que entiende lo valioso que es estar tranquila, protegida y acompañada.
Si algo queremos que te lleves de este mensaje, es esto: tu salud importa todos los días. Y contar con respaldo cuando lo necesites, puede darte la paz mental que mereces.
En este mes, y en todos los días del año, queremos estar ahí para recordarte que prevenir es proteger, y protegerte es nuestro compromiso.
El cáncer de mama es una enfermedad en la que las células del tejido mamario crecen de forma descontrolada. Puede afectar a cualquier persona, aunque es más común en mujeres. Detectarlo a tiempo mejora significativamente las probabilidades de tratamiento y recuperación.
El cáncer de mama empieza con la formación de células anormales en los conductos o lobulillos del seno. Estas células pueden crecer lentamente sin causar síntomas visibles al principio, por eso es tan importante realizar controles médicos periódicos.
Los principales síntomas del cáncer de mama pueden incluir:
Bultos o masas en el seno o la axila
Cambios en la forma o tamaño del seno
Retracción del pezón o secreción anormal
Cambios en la piel del pecho (enrojecimiento, textura de piel de naranja)
Dolor persistente en una zona del seno
Recuerda que no todos los síntomas significan cáncer, pero si notas algo diferente, consulta a un profesional.
El cáncer de mama, cómo se ve físicamente, puede variar. En algunos casos, se nota un bulto al tacto; en otros, hay hundimientos, cambios de color, secreciones o deformación del seno. Por eso se recomienda la autoexploración mensual y la mamografía periódica, especialmente después de los 40 años.
No siempre es posible evitar la enfermedad, pero sí se pueden reducir los riesgos. Aquí algunos consejos clave sobre cómo prevenir el cáncer de mama:
Mantén un peso saludable
Haz ejercicio regularmente
Evita el consumo excesivo de alcohol
No fumes
Lleva una dieta equilibrada
Realiza autoexploraciones mensuales
Hazte mamografías y chequeos médicos periódicos
Las causas del cáncer de mama pueden ser múltiples y no siempre se identifican claramente. Algunos factores de riesgo incluyen:
Edad avanzada
Antecedentes familiares o genéticos (como mutaciones BRCA1 o BRCA2)
Cambios hormonales
Exposición a radiación
Estilo de vida poco saludable
Aun así, muchas mujeres lo desarrollan sin presentar ninguno de estos factores.
El cáncer de mama etapas se clasifica del 0 al IV, según su tamaño y si se ha diseminado:
Etapa 0: carcinoma in situ (muy localizado)
Etapa I y II: cáncer localizado o con afectación mínima de ganglios
Etapa III: cáncer localmente avanzado
Etapa IV: cáncer metastásico (se ha diseminado a otros órganos)
El tratamiento y el pronóstico varían según la etapa.
Los tratamientos para cáncer de mama dependen del tipo y etapa, pero los más comunes son:
Cirugía (para extirpar el tumor)
Radioterapia
Quimioterapia
Terapias hormonales
Terapias dirigidas (biológicas)
Cada paciente es diferente, por lo que el tratamiento debe ser personalizado por un equipo médico especializado.
El cáncer de mama en Colombia es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres. Según la Cuenta de Alto Costo (CAC), en 2025 se estiman cerca de 18.000 nuevos casos y más de 4.000 muertes al año. Solo el 52% de los casos se detectan en etapas tempranas, lo que subraya la importancia de mejorar el acceso a diagnóstico y tratamiento oportuno en todo el país.
Comparte:
Comunícate con nosotros, para brindarte una asesoría integral.
Escríbenos